viernes, 29 de marzo de 2013

Veracidad sobre buenas intenciones


Tomada de http://dryicons.com
En muchas ocasiones he tenido la oportunidad de escuchar mensajes de pastores, líderes cristianos y de profesionales en diferentes áreas, que pretenden motivar o convencer de alguna verdad a la audiencia, y dentro de ellos he podido escuchar muchas ilustraciones o anécdotas que son contadas como ciertas y que buscan reforzar el mensaje.
También he notado, con tristeza, que muchas de esas ilustraciones pasan de boca en boca y de generación en generación como verdades irrefutables y se vuelven en la vida de las personas algo así como dogmas, al punto de mencionarlas y defenderlas con el alma por haberlas escuchado de boca de alguien a quien le creen ciegamente.
Allí puedo ver la gran responsabilidad que tenemos quienes predicamos la Palabra de Dios y de quienes tenemos la posibilidad de ser escuchados y de influir con nuestro discurso la vida de las personas.
Debemos comprender que la gente que nos escucha cree en nosotros, que quienes disponen de su tiempo para atender lo que tenemos para decir están depositando su confianza en que sabemos cosas que ellos no, y que son cosas que simplemente van a creer y muchos van a reproducir.
Es por eso que debemos quitar, de nuestro discurso cristiano motivador, historias como la del águila que se arranca el pico y las plumas a los cuarenta años para vivir cuarenta más, o historias como la de la máquina de la Nasa que tenía un día perdido y solo lo encontraron con la Biblia, o los malos manejos de la etimología de las palabras, que muchos pastores y líderes han repetido una y otra vez sin detenerse a mirar un diccionario.
Nuestras palabras deben estar basadas en la verdad, en la investigación, en el estudio; nuestras palabras deben estar llenas de conciencia, debemos tener claro que no estamos presentando una mentira como una gran verdad, así suene hermosa, así suene como la historia más motivadora, si no es verdad no deberíamos mencionarla, o en el caso de ser muy conveniente, entonces dejar claro que es una leyenda urbana, un mito o simplemente un cuento.
Lamentablemente el mensaje de verdad es dejado de lado por muchas personas cuando se dan cuenta de que un predicador trató de meterles lo dedos a la boca con historias extraordinarias pero que son solo leyendas, preguntándose, si la Biblia es verdad ¿por qué me quieren convencer con leyendas?.
Cuando hablamos de la Palabra de Dios tenemos la fuente más completa, la Palabra es la verdad, la Palabra tiene el mensaje de salvación y sobretodo, la Palabra es suficiente.
SEÑOR, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu santo monte?
El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua..."
Sal 15:1-3a